EDICIÓN CRITICA - UNA REVOLUCIÓN HUMANISTA DE JUSTICIA Y DE PAZ -
El siguiente artículo no busca explicar ni contar todo lo que ya sabemos. Tampoco quiere ganar una adhesión absoluta en las consideraciones expuestas. Lo que usted leerá a continuación es un descargo explícito del autor…
Ezequiel Rojas
Argentina, diciembre de 2023, entre la Navidad y el Año Nuevo. Cronológicamente nos llegan
las fiestas de fin de año. Para estas fechas los saludos formales solían ser “feliz
navidad y próspero año nuevo”. Hace algunas décadas podíamos decirlo con
tranquilidad de conciencia y el alma llena de esperanza, con la convicción de
sabernos miembros de una comunidad popularmente mayoritaria humanista y
cristiana, todo simbolizado en un sentido de solidaridad social, obsequiando
pan dulces y sidras para brindar por la familia y por el trabajo. La Navidad
era la celebración de una buena noticia, filosóficamente compartida más allá de
la fe.
El niño Jesús
es el advenimiento de un dios humilde que exige justicia con opción
preferencialmente por los más pobres. La Navidad es el nacimiento del modelo
moral del Hombre Nuevo.
Dos mil años después hombres y mujeres hemos sido
perfeccionados al máximo. La actual evolución humana y por consiguiente científica
y tecnológica parece ser superior al desarrollo del capitalismo de siglos
pasados. Pero al mismo tiempo, la automatización de la vida humana nos ha
vuelto permeable y frágiles a la dinámica de las relaciones económicas y
sociales, la digitalización de las cosas y la interconexión instantánea entre
nosotros. La vida se resume en un mensaje de texto, en un video, en una
aplicación, en una foto digital, en una noticia posiblemente falsa. No es la
democratización de las opiniones, es la manipulación abierta y sin fronteras de
la conciencia humana.
Aquel que goce de sentirse en libertad debe saber
que su libertad es restringida. Si se lucha por la libertad debe estar
plenamente convencido que debe luchar por la libertad colectiva, por la
libertad humana y ser capaz de sacrificar lo mas importante que tiene el ser
humano, que es su vida. Como lo hizo Jesús.
La teología de la liberación nos enseñó en primer
plano que la vida de Jesús de Nazaret era un producto de todo el escenario
sociocultural y político de su tiempo. Era imposible comprender al Jesús de la
fe y al Jesús resucitado, desposeído de su condición humana histórica. Su obra
humana, su calvario, su crucifixión no fue un efecto azaroso, un simple
fatalismo o una voluntad divina, si no que fue el hecho de haber vivido en una
opción radical por la verdad, por la justicia y por la libertad de los
oprimidos. Su proyecto – el anuncio del reino de dios – era incompatible con el
proyecto del poder religioso y político de su época en Jerusalén.
Su proyecto no era más ni menos que la lucha por la
libertad y por la paz. Por la hermandad y por la esperanza. Los hombres y
mujeres de hoy sacrifican su vida por una libertad restringida que tiene dueño
y tiene administrador. Esa libertad controlada es la que designa a cada uno
luchar por su libertad individual. La plenitud ofrecida es solamente un recreo,
no es una libertad necesariamente humanista.
La libertad humana tiene un límite y es la
desigualdad. Tomo las reflexiones del arzobispo de Buenos Aires Jorge Ignacio
Cuerva, en el Tedeum realizado durante la asunción del presidente Javier Milei:
“…Un dios que nos hace libres, sí, pero para ser más dignos y solidarios. Un
dios que libre nos impulsa a comprometernos especialmente con los que más
sufren. Como nos decía el Papa Francisco allá por octubre de 2021: la verdadera
libertad, cito textual, se expresa plenamente en la caridad. No hay libertad
sin amor. Una de las concepciones más modernas, difundidas sobre la libertad es
esta: mi libertad termina donde empieza la tuya. Pero aquí falta la relación,
falta el vínculo, nos dice el Papa. Eso es una visión individualista. Sin
embargo, quien ha recibido el don de la liberación obrada por dios, no puede
pensar que libertad consiste en el estar lejos de los otros, sintiéndolos como
una molestia; no puede ver al ser humano enterrado en sí mismo, sino siempre
incluido en una comunidad. La dimensión social es fundamental y nos permite
mirar al bien común y no solo al interés privado”.
La libertad no es un ejercicio pleno de derechos
individuales, es un acto puramente colectivo. Nadie se desarrolla en una
comunidad que no se desarrolla. Si pedimos más educación no es para reprimirla
luego, es porque realmente queremos la educación como un arma contra la
ignorancia represiva del sistema. “La educación nos hace libres”, yo diría “la
educación nos otorga el poder de discernir lo que está bien de lo que está mal”.
Hay muchas personas bien educadas pero incapaces de discernir el bien del mal.
La incapacidad humana actual es poder ver que las desigualdades humanas no son
un producto de la individual de los humanos.
En nuestra actualidad muchas personas no son artífices
de su propio destino, tal vez vivan una vida que no eligieron vivir. Nadie
elige vivir en la miseria, en la incertidumbre, en la inseguridad, en la
guerra, en la anomia; vivimos en una carrera donde no todos partimos desde el
mismo origen. La libertad reclamada no nos es propia, nuestra libertad no es la
misma de aquel que es dueño y amo de las libertades de todos.
La libertad de tener un auto, un plazo fijo, una
casa, comercializar, viajar, trabajar y
muchas otras mas, son libertades necesarias que responden a la posibilidad de
un modelo social ascendente, de un proceso de justicia social colectivo; si
esas posibilidades se nos presenta en un modelo de desigualdad como el que
conocemos es porque nos ofrecen un mundo dual entre perdedores y ganadores. Lo
que podamos conseguir de manera individual, por supuesto que está bien ganado producto del
esfuerzo cotidiano del trabajo, que en definitiva es el objeto real y necesario
de la condición humana para satisfacer las necesidades básicas; el trabajo en
muchas ocasiones representa mucho más que el trabajo, es una actividad humana
pero al mismo tiempo el no trabajo representa mucho más que eso, es la falta de
una actividad humana que no permite satisfacer necesidades humanas básicas y que
no se reduce solamente a las referidas a la subsistencia, sino también a necesidades
de afecto, protección, identidad, creación, ocio, participación, espiritual y
entendimiento. Si la libertad que reclamamos depende del factor material que
creemos indispensable para el desarrollo humano, sépase que el desarrollo
humano no depende solamente de la capacidad de dinero, de auto, de casa, de
vacaciones, de tarjeta de créditos que pueda tener. Depende también de un
esfuerzo colectivo que le permite desarrollarse en lo material y en lo humano,
saber gastar y saber usar, saber invertir y también intercambiar. Si la
sociedad en la que vive no está desarrollada, es muy posible que todo su
esfuerzo no sea utilizado para el bienestar general si no que este siendo
utilizado al servicio de otros que viven del esfuerzo ajeno.
Hoy empieza una lucha abierta y sistémica contra la globalización
deshumanizante. Una lucha civilizatoria entre el bien y el mal. Una lucha
cuerpo a cuerpo por el bienestar general. Una revolución de justicia social y
en paz. Una lucha humanista.
Espero que los bien aventurados alejados del
ideologisismo emprendan la lucha por la igualdad. Y aquellos que aún siguen
buscando su “libertad” puedan más temprano que tarde comprender esto y cuando
realmente estén solos con su humanidad y ya no les queda más que ello, aquí lo
estaremos esperando.
Resumen de noticias – Silvio Rodríguez.
He
estado al alcance de todos los bolsillos
Porque
no cuesta nada mirarse para adentro
He
estado al alcance de todas las manos
Que
han querido tocar mi mano amigamente
Pero
pobre de mí, no he estado con los presos
De
su propia cabeza acomodada
No
he estado en los que ríen con solo media risa
Los
delimitadores de las primaveras
No
he estado en los archivos ni en las papelerías
Y
se me archiva en copias y no en originales
No
he estado en los mercados grandes de la palabra
Pero
he dicho lo mío a tiempo y sonriente
No
he estado enumerando las manchas en el sol
Pues
sé que en una sola mancha cabe el mundo
He
procurado ser un gran mortificado
Para,
si mortifico, no vayan a acusarme
Aunque
se dice que me sobran enemigos
Todo
el mundo me escucha; bien quedo cuando canto
Yo
he preferido hablar de cosas imposibles
Porque
de lo posible se sabe demasiado
He
preferido el polvo así, sencillamente
Pues
la palabra amor aún me suena hueco
He
preferido un golpe así, de vez en cuando
Porque
la inmunidad me carcome los huesos
Agradezco
la participación de todos
Los
que colaboraron con esta melodía
Se
debe subrayar la importante tarea
De
los perseguidores de cualquier nacimiento
Si
alguien que me escucha se viera retratado
Sépase
qué se hace con ese destino
Cualquier
reclamación que sea sin membretes
Buenas
noches, amigos y enemigos.
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