PERONISMO PARA ARMAR
El Peronismo que no aprendió de la experiencia de 2015 hoy atraviesa la misma incertidumbre. Su rol abandonico, una dirigiencia que no dirige y una total falta de valores y principios doctrinarios, lo lleva a tener que replantearse como ser oposición y convertirse en una alternativa capaz de superar al monstruo de la antipolítica.
Ezequiel Rojas
El siguiente artículo no va tener tintes críticos a pesar de que no faltan ganas, pero no vamos hacer leña del árbol caído. Vamos a mirar hacia adelante en pos de repensar al movimiento Peronista. La principal atracción del Museo Juan Domingo Perón en la ciudad bonaerense de Lobos es el escritorio original que el general, entonces coronel, utilizo en la secretaría de trabajo del régimen nacionalista en 1943. Allí, sobre ese mueble, sencillo y cubierto de libros, Perón construyo la alianza básica de lo que luego sería el Movimiento Nacional Justicialista.
Como Perón era un sabio adelantado a su tiempo nos dejó una doctrina para actuar conforme dentro de ella hacia un objetivo final, la comunidad organizada. Pero al mismo tiempo el movimiento trasciende a los hombres y como ya se han escrito miles de libros intentando interpretar al peronismo, no abundare en lo que es o significa. Pero a mi modo de entender, el peronismo es una sola cosa, es doctrina en movimiento y como los humanos tenemos algo esencial en nuestro ser, que es el libre albedrío y naturalmente la libertad de tomar nuestras propias decisiones y elegir actuar conforme a ellas, entonces, tenemos la doctrina y tenemos el libre albedrío, cada uno elegirá actuar dentro de ella o no.
No hace falta sacar el famoso peronométro, solo hay que enfrentarnos a un desafío sociológico, que es el mas importante, y tiene que ver con la heterogeneización de su base social. En efecto, la destrucción del tejido industrial y la mutación del mundo del trabajo vienen produciendo hace décadas una fragmentación que divide a los trabajadores entre desocupados, informales y formales; no es la misma base social que añoraba del peronismo todas las conquistas sociales que se produjeron durante los gobiernos de Perón y que a pesar de todo resiste al tiempo. Todos esos modos diferentes de inserción laboral generaron posiciones, visiones del mundo y hasta ideologías distintas que fueron profundizando las distancias; distancias entre el trabajador cuya vida, aun con un salario bajo, sigue organizada por el trabajo, pautada por la semana laboral y protegido por todos los derechos laborales. Y por otro lado, el que se ve obligado a rebuscársela con las changas y los planes. Esto genera demandas distintas entre los sobrevivientes de la Argentina salarial que reclaman por el impuesto a las ganancias, por los precios de la canasta básica, por la imposibilidad de acceso al crédito, por la inseguridad, etc; y los hundidos del siglo XXI, que piden a gritos el socorro del Estado. Los odios se agudizan, como dice Juan Carlos Torre, el uso de los estigmas es tanto mas probable cuanto mas próximo están las poblaciones al contraste social o cultural: el "vago de mierda" es la expresión de una fractura social dolorosa.
El peronismo, desde el regreso a la democracia tiene una gran deuda social que saldar; se ha vuelto abandonico y al mismo tiempo ha apelado a la lógica del látigo y la billetera, pero también ha sabido dejar renga, regalar y pedir que le agradezcan por darte la muleta. La imagen actual del peronismo es la de un partido - movimiento territorial que gobierna el Estado apoyado por redes de jefes políticos,cuadros gerenciales, punteros zorros e intelectuales coloridos. La pregunta que nos podemos hacer ahora es ¿Si el peronismo, que sobrevivió al gobierno macrista, entre intendentes, concejales, legisladores nacionales, gobernadores, peronistas de oficinas y el Know how administrativo, podrá sobrevivir a esta nueva etapa entre Milei y Macri?. Es todo un desafío pensar el peronismo fuera del gobierno y del Estado, aunque tenga el manejo de la provincia de Buenos Aires, diputados, senadores, concejales y militancia. Pero ¿Todo eso alcanza para un peronismo que viene sufriendo derrotas electorales desde el 2013 - 2015 -2021 y 2023? .
Desde 2017 el macrismo planifico arrebatarle provincias, como Córdoba, Entre Rios, Santa Fe. Estas elecciones fueron contundentes, salvo provincia de Buenos Aires, Formosa y Santiago del Estero, en las demás gobiernan radicales filo macristas, y Milei gano las presidenciales en todas. Y si las campañas giran cada vez mas en torno a las emociones y los miedos y menos por argumentos racionales y programáticos, ¿El peronismo no tiene propuesta electoral potente que exija sino coherencia al menos una minima consistencia que permita transmitir cierta verosimilitud?.
En las PASO de 2021 el Frente de Todos obtuvo 7.107.973 votos. Esto significo que el Frente de Todos había perdido más de 5 millones de votos entre 2019 y 2021. La mitad de esos votos los ha perdido en la Provincia de Buenos Aires.
Era previsible para cualquier análisis político objetivo sobre la gestión del gobierno nacional que el peronismo había perdido en los últimos dos años el apoyo que había obtenido de los sectores de clase media políticamente independientes. El deterioro de la imagen de Alberto Fernández en las encuestas reflejaba ese fenómeno político.
En otro artículo, del año 2020, marcaba que el peronismo en pleno contexto de la crisis por el Covid debía plantear una salida de modo sostenible, nada de ello ocurrió, el gobierno priorizó la deuda externa. La idea de “solución” era un acuerdo de postergación de pagos con el FMI y una quita de capital e intereses a los acreedores privados menor a la aplicada en 2003; la capacidad de pago futuro era la explotación, mediante el “fracking”, del petróleo de Vaca Muerta. La conveniencia de tal idea era muy discutible, pero la realidad sobrevenida hace ociosa esa discusión. Pareciera que no se tuvo en cuenta que vivimos en una guerra mundial que incluyó el uso del coronavirus como arma, como la guerra de precios en el mercado petrolero, con la extracción de petróleo por “fracking” como principal sector perjudicado. El resultado fue la inviabilidad de la garantía petrolera de Vaca Muerta sumada a la debacle del aparato productivo nacional por la cuarentena, en medio del derrumbe del comercio mundial; así, la crisis de la balanza de pagos ha devenido en el virtual estado de default del país. Por otra parte, la paralización de la economía por la cuarentena ha significado la quiebra de decenas de miles de pequeñas y microempresas y la ruina de trabajadores autónomos, lo que ha hundido en la pobreza nuevas capas sociales de sectores medios y de trabajadores que vivían al día, incrementándose dramáticamente los porcentajes de población necesitados de mendigar un pobre plato de comida en ollas populares financiadas por el Estado para poder subsistir.
Y el desafío de esa salida de modo sostenible no era otra cosa que anteponer los principios doctrinarios y actuar dentro de ello; hoy el peronismo deberá nuevamente reencontrarse en la doctrina pero con las exigencias de este tiempo, ya no es el movimiento de los humildes y de la tan idealizada "clase trabajadora", tiene que ser un movimiento nacional moderno, un peronismo para el siglo XXI, capaz de entender lo que funciona o no para el mundo actual.
Hay una falacia construida de que las maquinas reemplazaran al hombre, pues entonces, el peronismo, que es profundamente humanista deberá bregar para demostrar que hoy el capital humano es realmente muy importante, sino se privilegia como horizonte la educación, una economía local fuerte y un empresariado estable y capaz de estimular el espíritu emprendedor. Hay retos en el siglo XXI que el peronismo no ha sabido introducir ni explicar, sin salirse de la doctrina, que no es una fotografía en blanco y negro, si no que se actualiza cada día de dios. Seguimos encerrados en la lógica de la producción automotriz - petrolera cuando el patrón de producción en el mundo esta puesta en la tecnología telemática y cibernética.
El peronismo debe superar el papel abandonico y nostálgico, porque si los 90 dejo un tendal de pobres no podemos seguir fomentando la informalidad, el emprendedurismo, el asistencialismo estructural. La verosimilitud consiste en hacer lo que se dice, algo que hace mucho el peronismo dejo de lado.
Muchos interpretan al peronismo como quieren o lo entienden, desde mi punto de vista no hay muchas interpretaciones, es doctrina y objetivo final, que es la comunidad organizada, el desafió es que hacemos con ambas. Yo solo pienso en el desafío de proponer que hacer. Humildemente desde esta incipiente columna.
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