UNA ELECCIÓN QUE PONE EN JUEGO LAS REPRESENTACIONES


Hoy arranca la veda y tratare de ser lo mas respetuoso posible de ella; por eso la finalidad de estearticulo es explicar que pone en juego, en el marco de las representaciones, estas elecciones.


Ezequiel Rojas

Podríamos empezar con una pregunta ¿Cual de los dos candidatos es la opción menos mala? Un interrogante simple y sencillo para dar cuenta de que la mayoría de los electores toman decisiones menos épicas y que el ejercicio electoral es un contrato pre concedido entre los votantes y sus representantes, en el cuál se convierte en un voto prestado para que el otro no gane, pero que aun así no existe la garantía mas importante, la confianza.  
El Barómetro de Edelman mide los niveles de confianza y credibilidad tanto de las empresas como de la política, en América Latina relevo que los políticos son los líderes que menos confianza generan y que ademas la pobreza, las democracias en crisis y la desigualdad son elementos que refuerzan esta desconfianza. A su vez, las grietas, la polarización y la desinformación también aportan sus dosis necesarias para presentar contextos difíciles que condicionan y limitan cualquier propuesta electoral. 
Pero esta elección con variadas especulaciones que guían las decisiones interpela al votante en el marco de las representaciones. Existe un "relativo" consenso sobre nuestro sistema político representativo, republicana y federal. Representativo porque gobiernan los representantes del pueblo; republicana porque los representantes son elegidos por el pueblo y su división de poderes con la constitución y federal porque los Estados provinciales conservan su autonomía. Con lo cual se gobierna bajo un régimen democrático y un sistema de gobierno presidencialista. Este es el esquema que "acepta" nuestra población. Y quizá por aquí podamos encontrar la respuesta a la pregunta inicial. 
Uno de los candidatos entra en la categoría de la clase política tradicional -Ucede, Pj, gestión de Anses, Jefatura de Gabinete, intendente en Tigre y ahora ministro de economía - tal vez un defecto mismo del sistema. El otro es un emergente de una sociedad que tiene bronca, esta desilusionada,  que vive entre la negación y la perplejidad, y que ha sabido combinar presencia en los medios de comunicación, redes sociales y política. Su lenguaje no esta asociado al de la democracia pero ha podido poner en agenda muchos temas cruciales de nuestro tiempo y otros, que luego de largas y ásperas luchas, nuestra cultura había resuelto. 

elegir el "menos malo" abre un parteaguas en el marco de las representaciones sociales entre aquellos que aceptan y buscan garantizar la estabilidad de nuestro régimen democrático y presidencialista y otros que aun lo aceptan pero que están al borde. 
Estamos en presencia de una elección que agudiza todos los significados hasta ahora construidos, tanto de educación, salud, economía, seguridad, democracia, derechos humanos, Estado, política, etc. El sociólogo Daniel Feierstein,  en su libro pandemia distingue: "las representaciones no se constituyen solo con elementos cognitivos sino que ademas inciden en ella elementos emocionales (por ejemplo, modalidades de negación o proyección, formas de asunción de los miedos, estrategias de evasión, sistemas de naturalización, formas distorsivas, entre otras) y ético morales ( modelos de comunidad, de lazos sociales, prioridades, intereses, primacía de los derechos propios o el bien colectivo ante distintas situaciones). Esta claro que después de la pandemia en nuestro país, una parte de la población primo una lógica de vulnerabilidad compartida que puso en jaque todas las representaciones construidas, al punto de que aquello que teníamos en claro sea incierto y lo incierto cobrara un valor verdadero. Si entendíamos que la salud pública era importante, se empezó a dudar de su importancia y ahora la salud publica es cuestionada, como si existiese una verdad acerca de que la salud publica y gratuita es deficiente y mala.
 
En ese contexto se llega a estas elecciones, donde se pone en juego un esquema de representaciones sociales que hasta ahora creíamos intocable. En el medio, los indecisos. Los que aun no saben que hacer; sospecho que allí reside aquella masa fluctuante de votantes que siempre han inclinado la balanza hacia la centroderecha o centroizquierda, según la ocasión. Es ese voto "clasemediero" que suele aparecer cuando la oferta política ofrece por un lado bienes inmateriales (democracia, institucionalismo, anticorrupción, etc) o defensa de sus bienes materiales concretos (créditos hipotecarios, impuestos). Un sector que apuesta por la alternancia democrática - pasa de votar al macrismo al peronismo - pero que a su vez se siente cómodo con un gobierno que le permite acceder a ciertos privilegios y acepta su continuidad - menemismo y kircherismo -
La realidad es que el domingo se decidirá quien gobernara el país y esta vez el electorado se juega algo mas que un voto, juega sus ilusiones, sus emociones y su confianza.

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